TAMBORES CHAMANICOS

TAMBORES CHAMANICOS

El tambor de mano se ha usado en numerosas culturas del mundo como elemento sonoro para rituales y curaciones. Los TAMBORES CHAMÁNICOS  son originarios de los indios nativos americanos, de los chamanes del norte de Europa (shamanis) y de la región siberiana de Tuva, son quizás los que más han perdurado en el tiempo y desde luego por su impresionante sonido.

El tambor chamánico natural se elabora a partir de materiales tan básicos como la madera y la piel. La piel es de cabra y está sin tratar, es decir, se deja secar de forma natural. Los tensores se hacen también en piel. Su forma es octogonal, consiguiéndose así que la deformación de la madera por la tensión de la piel sea casi imposible. Por otro lado, hay que destacar lo liviano del tambor, pudiendo tocarlo durante largo tiempo, e incluso danzar y cantar con él, sin sufrir por su peso. La baqueta es simple también: madera forrada de algodón muy blando. Por último, la decoración con plumas nos acerca aún más al mundo chamánico de sus orígenes.

Pero quizás lo más importante de este tambor sea su especial sonido. Sonido Sordo -sin apenas resonancia- y profundo (deep sound en inglés), sonido que nos lleva directamente a sentir el corazón de la tierra. Dependiendo de su diámetro el tambor sonará más agudo o grave. A mayor tamaño, más grave.

Para tocarlo correctamente hay que sujetarlo fuertemente por los tensores posteriores y golpearlo suavemente con la baqueta. Para conseguir su toque más profundo hay que retirar la baqueta rápidamente a reposo después de percutir. Recordar que en el centro del tambor tenemos el grave, mientras las áreas cercanas a los bordes suenan más agudas.

El tambor Round está realizado siguiendo la tradición nativa americana. Piel de cabra en curtido vegetal. Su forma circular simboliza la unión del Pueblo nativo: sería inmortal si permanecía unido. Sonido seco y grave. Hay que golpear suavemente para extraer su mejor resonancia. 

El tambor Navajo está elaborado para conseguir sonidos profundos y amplificados gracias a la fortaleza de su construcción. Con varias capas de madera laminada se consigue dar mayor consistencia a la moldura. Este además sujeta la piel fuertemente gracias a un aro de metal que sirve también para tensar las cuerdas. En el centro de estas se coge cómodamente el tambor. El resultado, como decíamos, es un sonido profundo y a la vez expansivo, pudiendo subir su volumen cuanto queramos sin que el tambor sufra peligro alguno de rotura.

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